Después de un muy buen rato de no escribir cosa alguna por acá, he decidido que este post comience de la siguiente manera, aunque bueno, en realidad, pues ya empezó…:
Dos frases me han dado vueltas en la cabeza en los últimos días y gracias a ellas, pensé en escribir algo en este blog de nueva cuenta. Una se derivó de un libro que leí hace como dos libros (tomando al tiempo como medida, ya tiene como diez meses), es una frase de Milán Kundera que me atrapó por completo debido a la veracidad que comprende. La segunda frase llegó a mi por casualidad hace como dos semanas, y de manera excepcional, se complementa perfectamente con la primera.
Resulta que un domingo en la mañana-tarde, estando solo en mi casa, al despertar prendí el radio, por lo regular cuando eso sucede los días en que no tengo que pararme a hacer algo, el ritual a seguir consiste en que desde la cama, control en mano, sortee las memorias del radio hasta que encuentre una estación en la que estén pasando algo bueno. Para mi desventura, le di como tres vueltas a las quince memorias y nomás no salía nada. A la cuarta vuelta, noté que tanto en la estación de música clásica como en radio UNAM, estaban pasando exactamente lo mismo, y como la noche anterior había estado escuchando al buen Beto un rato, ps me dije “qué diablos… habrá que escuchar, si está en las dos estaciones, debe estar bueno…”.
Resultó que era un concierto de la Orquesta Sinfónica de Minería, y con razón de la celebración de los treinta años de dicha agrupación, el director y compositor Luis Herrera de la Fuente (que colaboró por muchos años en ella) estrenó una obra que dedicó a tal hecho, una tal “M30”, que para mi mala fortuna no escuché completa, de hecho, solo escuché la parte final, porque fue ese el momento en el que me dí cuenta de que las dos estaciones coincidían. También tocaron un concierto para violín y orquesta de un tal Philip Glass, que a pesar de ser gringo, no hizo tan mal su obra, (jeje, no es cierto, sí se rifó el bato ese) y la excepcional sexta sinfonía “Patética” del enorme Piotr Illych Tchiaikovsky, con todo y carga anecdótica.
Total, en el intermedio pasaron una entrevista con el director, persona que a pesar de lo que uno podría pensar por su edad, refleja una gran vitalidad y carisma. La entrevista se enfocaba en su mayoría a su desarrollo como director y a las implicaciones que este puesto le traía al tratar de sacar a flote su lado compositor.
Gracias a la reputación que a pulso se ha ganado mi memoria, muchas de las frases y anécdotas que compartió se me escaparon de la mente, sin embargo, una frase en particular, la causante de todo este preámbulo, fue la que se me quedó grabada y que además, por mero ejercicio de asociación, atrajo a mi mente aquélla de la que hablaba en un principio.
Tras todo este bla bla bla explicativo, empezaré a escribir lo que creo es el tema fundamental de este post juntando las dos frases, (primero la segunda y luego la primera), cuestión que también planteé como posibilidad para empezar este escrito que ya tiene dos intentos fallidos de inicio (pa’ mi que el autor nomás no sabe qué es lo que quiere… escribir en este caso).
En un mundo en el que nada tiene importancia y en el cual, la inexistencia del retorno es imperante, todo está perdonado de antemano y por tanto, todo cínicamente permitido.
La frase en su conjunto brinda al principio los parámetros en los que fundamenta las subsecuentes dos afirmaciones.
En primer lugar (que en realidad es la segunda frase, aquélla que capté de inmediato en la entrevista de la que hablaba), se avoca a hacer la afirmación de que nada en este mundo importa, en otro sentido, todo carece de valor. Desde mi punto de vista esta frase puede tomar dos caminos: por un lado, el hecho de que “las cosas” (el todo) a las que implícitamente hace referencia esa frase, por su carácter individual y materia propia, no tienen valor alguno, no obstante, debe existir algo que sí lo tenga para que sea posible hacer una comparación y en ese sentido se pueda llegar a tal conclusión, sin embargo, al negar que en este mundo todo lo que conocemos tiene valor, sería imposible entonces que exista tal cosa con la que se pueda hacer la comparación, porque hasta el momento no conozco a persona alguna que conozca otros mundos que puedan tener cosas que sí valgan la pena. Para mi, en ese sentido, la frase es incorrecta. (Qué?)
El otro camino que puede tomar esta primera afirmación consiste en el hecho de que todo carece de importancia debido a que las personas no le dan el valor que deberían a las cosas que les rodean. En ese sentido, esta frase tiene más sentido para mí. La capacidad comparativa que tenemos, como herramienta derivada de la razón, nos sirve para tomar decisiones que marquen una pauta a seguir. Muchas de las veces estas decisiones se basan en el beneficio que podamos obtener por hacer tal o cual cosa. El valor de “las cosas” entonces, a mi parecer, tiene una relación directa con el beneficio que estas mismas nos otorgan a cambio, cuestión que a la hora de ponerse en práctica resulta por demás subjetiva, como dicen por ahí: “en gustos se rompen géneros”; el valor que una persona le de a una cosa en específico, no será el mismo que otra persona pueda considerar que tiene.
Bajo esta manera de entender esta frase, podemos afirmar entonces que las personas en este mundo, devalúan todo lo que esta a su alrededor, de manera general, nadie otorga importancia a lo que pasa y a lo que hay. Al llegar a este punto, surge una pregunta por demás lógica y sincera: ¿por qué?...
Me parece que la respuesta se encuentra inmediatamente después del lugar de donde surgió la pregunta. “la inexistencia del retorno es imperante”.
La vida o el ciclo de todo lo que conocemos, al menos en una forma individualista de ver las cosas, (sin atender a cuestiones genéricas que puedan dar otro punto de vista, que en tal caso sería erróneo), transcurre en una manera estrictamente lineal, no hay cosa alguna que regrese a su punto de origen más de una vez, y si lo hace, no lo hará de la misma manera que como llegó la primera vez. Me parece que anteriormente ya había utilizado el siguiente refrán griego para tratar de explicar un punto en específico (me parece que es de Herácito), pero aquí también va ad-hoc con lo que quiero dar a entender: “No se puede descender dos veces por el mismo río, pues cuando desciendo el río por segunda vez, ni yo ni el río somos los mismos”. Teniendo ello en cuenta, es imposible que un evento se repita de nuevo, por tanto, es impensable que vuelva a existir. Lo que fue, fue y no será más.
Aquí también es posible visualizar una divergente que es interesante analizar: debido a que nada en este mundo se repite, todo se aprecia más, o bien, atendiendo al sentido de la frase que saca a colación todo esto, a sabiendas de que nada va a regresar y que en tal caso la conciencia y la moral son las únicas cosas que podrían traer repercusiones (internas o razonables), todo se desprecia y a todo se le quita valor por el simple y llano hecho de que no regresará una vez más para brindar el beneficio que podría otorgar de regreso. En esas circunstancias, ¿para qué tomarse la molestia de hacer algo que a fin de cuentas solo se dará una vez? Esta última pregunta lleva una gran carga de egoísmo y codicia implícita, ya que no se espera que el beneficio sea para alguien más, y además, no resulta suficiente que ocurra solo una vez, es necesario que se convierta en una especie de constante que provea de beneficios durante todo lo que dura un ciclo determinado. También sería importante mencionar el hecho de que dichos beneficios pueden obtenerse por otros medios que no impliquen tanto esfuerzo, como puede ejemplificarse con el conocido efecto que produce comer grandes cantidades de chocolate, para este caso, el interés en esforzarse por conseguir una cosa en específico se pierde al encontrar medios alternativos que provoquen efectos o beneficios parecidos.
Con la base de esta frase más o menos desmenuzada, es posible pasar a las afirmaciones que la componen en su última parte. En primer lugar, nos encontramos con que “todo está perdonado de antemano”.
El perdón implica necesariamente un acto de reflexión, un ejercicio de conciencia en el que algo que cause una afectación sea admitido como un hecho que ya no lo causa más y que en tal caso ha quedado superado por ese mismo ejercicio reflexivo. El perdón es una acción concienzuda, sin embargo, con los antecedentes que tenemos, se convierte en una cuestión total y absolutamente trivial.
Relacionado con la frase, la reflexión y el acto de conciencia son cosas que necesariamente, en algún punto de ese ciclo lineal, se tienen que dar; tarde o temprano el perdón se hará presente, por tanto, ¿para qué esforzarse en pensar o reflexionar?, mejor, y siguiendo la ley del menor esfuerzo, por ¿qué no simplemente se otorga el perdón y ya? En caso de que el perdón no llegue o no se logre en un ciclo individualizado, a nadie más le va a importar...
Como último punto, tenemos la afirmación que culmina la frase, “todo cínicamente permitido”. “Cinismo” es una palabra que encierra desvergüenza, descaro, mentira, etc. El cinismo es una falta de respeto a la persona que lo ejerce, es un automutilamiento derivado de una perspectiva en la que el objeto u hecho al que le recae, carece de importancia; si en verdad importara o tuviera valor, no se tomaría tan a la ligera como para provocar una afectación mayor, representada por el hecho de ir en contra de uno mismo, al menos en contra de la conciencia y en su caso, de la moral. De esta manera, yendo en contra de nosotros mismos, es como permitimos todo alrededor, la existencia de las demás cosas que cohabitan con nosotros en realidad no nos importa, y bajo la idea de la frase en cuestión, nuestra propia existencia no tendría por qué tener importancia.
Esta última afirmación, la que habla de nuestra existencia, no me gusta en lo absoluto, considero que al menos nuestra existencia, “en un mundo donde nada tiene importancia”, sí la tiene. A través de ella podemos experimentar y disfrutar de la fugacidad de las cosas y de sus efectos, muy a pesar de que estos no tengan relevancia alguna. La relevancia, como ya quedó establecido, depende de quién se la otorgue y si es que lo hace.
La ilusión creada respecto del valor que una persona le otorga a una “cosa” o “circunstancia” en específico (ilusión visible desde una perspectiva ajena al suceso, ya que para la persona que la crea, es completamente invisible, convirtiéndose en verdad palpable y latente), es lo que le hará salir de “la frase” para trascender a un punto en el que el vínculo establecido entre la “cosa” o “circunstancia” y la persona se convierte en otra ilusión.
Las ilusiones representan al igual que el cinismo una mentira, solo que a diferencia de éste, en las ilusiones no se es conciente del engaño, ya que el individuo sufre ese engaño a través de sus sentidos, engaño causado por un agente externo. En el cinismo, el individuo es el que engaña a sus sentidos o al menos a su conciencia, que es peor.
El punto a favor de las ilusiones es que permiten jugar con ellas y regodearse en sus efectos, la inocencia es el motor fundamental para caer y disfrutar de todo tipo de ilusiones. La experiencia permite distinguir el acierto del error, no obstante, la experiencia es fruto del error más que de el acierto.
En tal caso, las ilusiones no existen, son una ficción que se inventa, pero que igual se vive y se experimenta. Como ejemplo de una ilusión que es producto de la invención, podemos señalar al placer o bienestar que se obtiene después de ver el fondo de una botella de whiskey en una reunión con amigos, la bebida es el agente externo que proporciona una alteración en los sentidos, provocando un ambiente relajado en el que se puede encontrar una cierta paz y tranquilidad. Otra ilusión que se puede señalar es la soledad. La soledad es una ilusión porque en realidad no existe, siempre hay alguien alrededor.
La ilusión de la soledad es provocada, por una circunstancia consistente en la aparente falta de personas, sin embargo, aunque físicamente no se encuentren, nuestros actos de alguna u otra manera se regirán por las aportaciones que a lo largo de nuestra vida hemos recibido de todas las personas que hasta el momento hayamos conocido. De este modo, la soledad como hecho es material y racionalmente inexistente, pues implica la carencia de algo que en realidad abunda, sin embargo, como fenómeno ilusorio, surge en el momento en que todos los sentidos de un individuo convergen en la idea de que tal atrocidad puede ser verdadera. La soledad sería más llevadera si en verdad existiera.
Pues bien, creo que hasta aquí ha de llegar este escrito, como es de notar, no había una idea clara sobre la cual escribir, en realidad, creo que en todo lo escrito no hay alguna idea clara del todo....
Saludos!
4 de septiembre de 2008
28 de marzo de 2008
Ps de nuez por aca... películas...
Ps ya tenía rato que no le hacía caso a esta cosa, y como hoy no tengo otra cosa mejor qué hacer, pos ando por aca...
Como no tengo otra cosa más interesante sobre qué escribir, voy a utilizar esta entrada para recomendar unas películas que ví hace poco.
Una se llama "Underground", de Emir Kusturica. No maaaaaaaa, ésta es una muy buena recomendación que me hizo una amiga. Trata sobre las peripecias que tiene que pasar un grupo de gente que se encuentra refugiada en un sótano durante y después de terminada la guerra, ya que a través del engaño, uno de los personajes se aprovecha del patriotismo, el temor y el trabajo de las personas que, sin tener conocimiento de lo que pasa en la superficie, continúa con su vida dentro del sótano. En ésta película la música (que es muy buena) juega un papel muy importante.
Otra recomendación, pero ahora de un amigo, es "El experimento" (changos, creo que es alemana, y creo que se escribe algo así: "das experiment"). Ps es una película que trata de un experimento en el que se intenta investigar el comportamiento de las personas dentro de un ambiente penitenciario, en el tambo pues... Son personas comunes y corrientes contratadas para llevar a cabo el experimento, sin embargo, conforme éste va avanzando, las cosas se van complicando, provocando que la tensión de la película vaya en aumento. Muy buena!
La tercera recomendación que voy a poner por aca es una película que ví hace tiempo y que el buen yorch me hizo favor de prestar: "Taxidermia"... Seeeeee... En realidad no es taaaaan asquerosa como pareciera por el título, puede que en algunas escenas a alguno que otro parroquiano le den ganas de cantar oaxaca, pero bueno... nada que una cerveza fría no pueda arreglar...
Por último, gracias a la gentileza y a la preocupación del buen Daniel por hacer que El Verde conozca algo más de cine, ví una película que se llama "Four Rooms". Cuatro cortometrajes que siguen una línea cómica realizados por cuatro directores diferentes (Allison Anders, Alexandre Rockwell, Robert Rodríguez y Quentin Tarantino), todos desarrollados dentro de un hotel en el que el botones se convierte en el personaje principal.
Bueno, creo que sin más qué decir por el momento y debido a que tengo todavía una torre de películas que necesito ver y nomás no he podido, ps me largo de aca.
Saludos verdes y nocturnos!!!
Como no tengo otra cosa más interesante sobre qué escribir, voy a utilizar esta entrada para recomendar unas películas que ví hace poco.
Una se llama "Underground", de Emir Kusturica. No maaaaaaaa, ésta es una muy buena recomendación que me hizo una amiga. Trata sobre las peripecias que tiene que pasar un grupo de gente que se encuentra refugiada en un sótano durante y después de terminada la guerra, ya que a través del engaño, uno de los personajes se aprovecha del patriotismo, el temor y el trabajo de las personas que, sin tener conocimiento de lo que pasa en la superficie, continúa con su vida dentro del sótano. En ésta película la música (que es muy buena) juega un papel muy importante.
Otra recomendación, pero ahora de un amigo, es "El experimento" (changos, creo que es alemana, y creo que se escribe algo así: "das experiment"). Ps es una película que trata de un experimento en el que se intenta investigar el comportamiento de las personas dentro de un ambiente penitenciario, en el tambo pues... Son personas comunes y corrientes contratadas para llevar a cabo el experimento, sin embargo, conforme éste va avanzando, las cosas se van complicando, provocando que la tensión de la película vaya en aumento. Muy buena!
La tercera recomendación que voy a poner por aca es una película que ví hace tiempo y que el buen yorch me hizo favor de prestar: "Taxidermia"... Seeeeee... En realidad no es taaaaan asquerosa como pareciera por el título, puede que en algunas escenas a alguno que otro parroquiano le den ganas de cantar oaxaca, pero bueno... nada que una cerveza fría no pueda arreglar...
Por último, gracias a la gentileza y a la preocupación del buen Daniel por hacer que El Verde conozca algo más de cine, ví una película que se llama "Four Rooms". Cuatro cortometrajes que siguen una línea cómica realizados por cuatro directores diferentes (Allison Anders, Alexandre Rockwell, Robert Rodríguez y Quentin Tarantino), todos desarrollados dentro de un hotel en el que el botones se convierte en el personaje principal.
Bueno, creo que sin más qué decir por el momento y debido a que tengo todavía una torre de películas que necesito ver y nomás no he podido, ps me largo de aca.
Saludos verdes y nocturnos!!!
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