Desde principios de Noviembre llegó la presión escolar nuevamente a mi vida, como en todas los últimas semanas de cada semestre, los trabajos, exámenes e investigaciones se aglomeraron a mi alrededor evitándome casi respirar.
A medida que los días avanzaban la presión iba creciendo, cada que me internaba más y más en el estudio, más y más dudas surgían, un círculo vicioso que absorbía toda mi concentración y que me obligaba constantemente a poner a prueba mi memoria (la cual no es mi mejor cualidad) me hacía preso de los libros y de las leyes. No obstante a la presión que tenía, decidí darme unos pequeños momentos para relajarme y para desestresarme un poco, por ejemplo, el fin de semana pasado me quedé solo en casa, puse en el estéreo el "pulse" de Pink Floyd y disfruté de una tarde muuuy placentera. Al día siguiente por la tarde decidí ir a Coyoacán a tomar un delicioso café, las nubes, el frío y el ambiente se prestaron para ello. Ése fin de semana fue algo así como la calma antes de la tormenta ya que el Lunes volví a la realidad del estudio y en serio, porque mis exámenes estaban programados para el Miércoles y para el Jueves, por lo tanto, era el momento para afianzar todo el trabajo realizado durante todo el semestre, sobre todo para el examen del Jueves, que era, y en efecto, fué el más pesado.
Hoy a las 19:45 por fin me liberé, fué la hora en la que acabé de hacer mi examen, todavía después de terminar de escribir la última palabra me quedé a observarlo un rato pensando que todas las horas, días, semanas y meses de estudio se resumían en esas tres hojas de papel impregnadas con tinta de un bolígrafo que realizaba sus trazos con una cierta seguridad, pero también con mucho nerviosismo y preocupación. No todo ha acabado, el resultado en numerario de ese examen lo tendré hasta Enero, el del otro exámen lo obtuve el mismo Miércoles y orgullosamente puedo decir que fue 10. No obstante, y como ya lo dije, eso sólo es el resultado en numerario, lo que me pone más nervioso e intranquilo es lo que habrá después de la calificación, lo que me espera al aplicar en el mundo real mis conocimientos, es ahí en donde verdaderamente sabré si todo aquél estudio realmente sirvió de algo, yo espero que sí...
Éstos son los pensamientos que tengo cuando estoy justo a la mitad de la carrera, la mitad, un punto que en lo particular y de manera general me agrada mucho.
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